Tanto Eduardo Rivera Pérez como Mario Riestra se encuentran en la palestra pública ante la posibilidad de ser descubiertos en la elaboración de montajes sobre la supuesta vulneración de su seguridad.
Luego de que la semana pasada
se informara sobre el presunto atentado cometido contra las vecinas del
exalcalde en un fraccionamiento privado, la relatoría del evento ha causado
suspicacias debido a su improbabilidad.
Periodistas y especialistas
en seguridad cuestionan en redes sociales la ineficacia de los delincuentes:
como el hecho de incluso detenerse a tomar gasolina tras perpetrar este
supuesto atentado, además
del error evidente al equivocarse de casa para intimidar e incluso lo irrisorio
de mandar una advertencia contra Rivera a través de las vecinas cuando bien
pudieron esperar el regreso del candidato.
La exagerada torpeza en la
actuación de los supuestos delincuentes ha causado sospechas, advirtiendo que
el evento podría ser un montaje tal y como ocurrió con el caso de Mario
Riestra, quien acusó que un criminal le amenazó de muerte y
en realidad el incidente solo se trató de un vendedor de tortas que se acercó
con aliento etílico a saludarlo.
Luego del montaje de Mario
Riestra en el que incluso mostró fotos del “peligroso” delincuente,
el vendedor, de nombre Alejandro, apareció en un video aclarado que solo quería
una foto con el candidato y que estaba tomado. Incluso en el video se le ve al
borde del llanto por la injusta persecución que ha recibido.
Ya en 2019, Eduardo Rivera
acusó otro incidente de seguridad, cuando supuestamente le robaron la camioneta
a su esposa y hoy candidata a diputada plurinominal, Liliana Ortiz. La
camioneta apareció después y Rivera no dio seguimiento al incidente. En aquel
entonces, el hoy candidato utilizó el evento para acusar la inseguridad
provocada por Morena.
Coincidencias enormes: tres
eventos de inseguridad contra los candidatos del PAN donde o los criminales son
los más torpes del mundo, o todos son burdos montajes.
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